…nuestro
corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me
olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha
alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se
trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos…
…El pueblo
de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y
para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar
acerca de esta renovación.
1. « Si un miembro sufre, todos
sufren con él» (1 Co 12,26)
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn
4,9)
3. « Fortalezcan sus corazones» (St
5,8)