jueves, 5 de mayo de 2016

Espíritu Santo

Por medio del  Espíritu  Santo, Dios nos otorga a cada uno de nosotros un don, un carisma. No todos los dones son iguales, y eso es lo que hace que cada uno tenga una misión en este mundo. Todo fue dado para que sirva para un bien común .
Pero como bien dice Pablo en la Carta a los Corintios, ninguno de esos dones me sirven si no tengo amor.
 “El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”  (1° carta a los Corintios 12,4-7)

Los 7 dones del Espíritu Santo

La sabiduría
Tener el don de la sabiduría nos permite ver las cosas de acuerdo a como Dios las ve. Podemos adquirirla mediante la búsqueda de la mente y la voluntad del Señor a través de una comunicación regular en la oración, en el estudio de las Escrituras y cultivando una relación íntima con él. La sabiduría nos dirige a la hora de juzgar todo de acuerdo a la perspectiva divina.
Entendimiento
La comprensión es el regalo que nos da una mejor y más profunda visión de los misterios de la fe cristiana. Nos ayuda a tener un conocimiento más claro de las enseñanzas y las verdades de la iglesia.
Consejo
Nos da la intuición de hacer lo correcto en circunstancias difíciles. Esto nos permite practicar y perfeccionar la virtud de la prudencia, saber qué hacer y qué evitar en diferentes situaciones. Fortaleza
La fortaleza
Es el don de la fuerza, la perseverancia y el coraje que nos permite obedecer y seguir la voluntad de Dios en todo momento. Nos ayuda a superar los obstáculos y a perseverar en nuestra fe, siempre confiando en la divina providencia de Dios para equiparnos con la virtud necesaria.
Conocimiento
Con el don del conocimiento, somos capaces de discernir y descubrir la voluntad de Dios en todas las cosas y juzgar todo de acuerdo con esta perspectiva divina.
Piedad
El don de piedad perfecciona nuestro amor a Dios. Desarrolla este amor instintivo por él como nuestro padre, lo que nos permite obedecer de forma más natural, ya que confiamos plenamente en su amor por nosotros.
Temor del Señor
No es por miedo al castigo del Señor, sino que brota naturalmente de nuestro profundo amor y respeto por Dios



Y la mejor forma de prepararnos par este Pentecostés en por medio de la Novena al Espiritu santo.
Te dejo aquí un link para poder seguirla durante esta semana, y que tengas un feliz día de Pentecostes